Llegamos a Tirana a la tardecita. No hacia frió, así que caminamos desde la terminal de ómnibus hacia Destil Hostel, el sitio donde nos hospedaríamos las primeras 2 noches en la capital de Albania.
Ni bien nos acercamos al centro empezamos a notar la gran peculiaridad de la ciudad, principalmente mi hermana, la Bic, gran artista y arquitecta. Íbamos comentando lo que íbamos viendo… empezamos a deducir que estaban como cambiando la fachada a la ciudad, como si poco a poco se sepultara toda una historia y se estuvieran solamente edificando construcciones modernas, y un poco bizarras también. Pasamos por la plaza de Skanderberg, donde se ubica el Museo de Historia Nacional de Albania, muy bien iluminado, y el Teatro de la Ópera, la torre del reloj y la mezquita de Et’hem Bey. En la plaza estaban empezando a armar un gran pino de Navidad. Pasamos cerca de unas aguas danzantes muy bien iluminadas también con luces de neón que van cambiando de color constantemente.
Pasamos una plaza muy extraña, con un jardín salvaje y desalineado, muy moderno, donde nos compramos un bürke (el nombre lo sabríamos después, en Kosovo lo aprenderíamos) cada una, de espinaca y nos fuimos directo al hostel.
En Destil Hostel nos esperaban con muchas ansias. Esa noche conocimos a una de las voluntarias de Colombia, la verdad, muy buena onda. El hostal es un sitio muy interesante y entretenido. Al lado hay un bar (bastante concurrido, de gente alternativa) donde casi todas las noches hay o fiestas electrónicas, o bandas de jazz o rock. Destil Hostel otorga la posibilidad de que se presenten todos tipo de bandas: desde bandas internacionales o proyectos alternativos de grupos locales.
Nos fuimos a acostar muy temprano y al día siguiente ya estábamos listas para desayunar a las 8:30 AM. El desayuno la verdad, muy completo: huevos, queso blanco, cereales, pepino, tomate, yogurt, galletitas de cereal. Durante el desayuno conocimos a Ana, la mánager de las actividades del hostel. Ella fue muy amable desde el principio con nosotras, tomamos un café y Bic y yo partimos hacia el centro de la ciudad.
Teníamos muchas ganas de pasar un día relajadas. Desde que habíamos salido de Atenas no habíamos parado de andar y andar, así que fuimos a tomar un café con un sándwich a un bar con nombre australiano, Melbourne, donde pasaban música italiana tradicional…a lo que al final se sumó Eros Ramazzotti, una risa… Cuando ya no soportamos más la música, dimos unas vueltas por el centro de Tirana, y volvimos al hostel. Esa tardecita, café de por medio, más un gin tonic y una cerveza, conocimos a la dueña del Hostel, Sonia, una arquitecta que diseñó todo el hostel basándose en Mondrian y el arte Destil, una corriente de arte de la época de ese artista.
Sonia nos contó sobre el proyecto del hostel: salas donde hacer workshops de arte y arquitectura, exposiciones de fotos y arte de artistas independientes. Un proyecto único…jamás había estado en un hostel así… Once in Cape Town en Ciudad del Cabo, también tiene un bar completamente pegado al hostel, pero es diferente. Si bien como en el caso de Destil, al bar concurren muchos locales, en este caso hay mucha movida artística e inclusive grupos de proyectos que vienen a trabajar a allí. Interesantísimo…
Esa noche, con la Bic, estuvimos cubriendo la fiesta de Halloween (nos guste Halloween o no) en el Hostel. Muy buena… una DJ de Kosovo, que hace música muy interesante. Allí conocimos mucha gente local, de movidas alternativas. Nos gustó muchísimo (más allá de que era Halloween jajaja). Además, nos hicimos amigas de dos músicos de Tirana, Christopher y Ergy, con los que pegamos re buena onda. Ellos están arrancando con una nueva banda alternativa, un proyecto muy interesante. Planeamos volver e ir a alguno de sus conciertos pronto.
Al día siguiente nos despertamos a las 8 AM. Hicimos el checkout y nos encontramos con Ana nuevamente. Luego de charlar un rato con ella, fuimos a pasear por Tirana hasta las 3 PM aproximadamente.
Estuvimos en La pirámide de Tirana, edificio muy exótico, odiado y amado al mismo tiempo. Esa pirámide tan peculiar fue construida por pedido de la hija del ex líder comunista en 1988. El fin de la pirámide fue homenajear a Hoxha (si querés saber un poco más de este personaje albanés, podés consultar también nuestra entrada bloguera sobre Gjirokastra). Posteriormente se convirtió en un boliche llamado La Momia. Hoy en día, además de ser un monumento lleno de grafitis perfecto para el arte callejero, se lo utiliza para algunos eventos culturales y musicales, algunos realizados por la fundadora de Destil Hostel.
Luego fuimos en sentido a la zona de arboleda de Tirana, donde hay un lago artificial muy pintoresco, donde mucha gente va a caminar, a hacer ejercicio o simplemente a pasar la tarde (si fuera Argentina, todos estaríamos con el mate, pero claro, es Albania). La zona del lago es realmente muy bella. Hay un puente bastante extenso que comunica otro sector muy grande de la ciudad rodeado de montañas.
Luego fuimos a tomar unos milkshakes y cafés fríos caminamos hacia Blloku, la zona más fashion de Tirana, llena de cafeterías y restaurantes. Esa zona, anteriormente había sido la residencia de los líderes del comunismo. Luego, Ana volvió al hostel y nosotras continuamos con el recorrido.
Bic y yo, nos dirigimos hacia el Museo de Historia Nacional de Albania, pero en el camino nos encontramos con algunas cosas curiosas, como más búnkeres. Ya habíamos visto en Gjirokastra, pero ahora parecían multiplicarse. Como ya contamos en el post anterior, estos búnkeres fueron construidos en los tiempos de aislamiento del Estado de Albania respecto del mundo, en el que existía la idea de que todos los enemigos iban a venir a invadirlos. Algo que nunca ocurrió… Allí también nos topamos con un pedazo del Muro de Berlín. A decir verdad, es la segunda vez que veo un pedazo del muro en otro sitio que no es Berlín (a Berlín aun no he ido), el primero fue en Ciudad del Cabo, en pleno centro también.
Antes de llegar al Museo de Historia Nacional, nos encontramos con el “Art BúnkerMuseum”, al cual solo entramos de pasada. Es una galería de arte que funciona dentro del búnker. Sin duda, por más que no lo visitamos por completo, me parece que es una de las cosas mas interesantes de Tirana. Ana más tarde nos comentó que en el búnker se puede ver toda la historia de Albania (todo en ingles, ya diré por qué aclaro esto), principalmente el periodo comunista.
Luego fuimos directo hacia el Museo de Historia Nacional de Albania. El precio de la entrada es de 200 LEK, aproximadamente 2 euros.
El museo comienza con los restos de presencia humana de fines del paleolítico y el neolítico, encontrados en Albania: pinturas rupestres y algunos utensilios. Luego hay una parte bastante grande dedicada a la cultura iliria. Hay importantes restos arqueológicos en toda Albania de esta cultura. A partir del punto de vista de esta cultura, se cuenta como los griegos y luego los romanos fueron conquistando a los ilirios. Es muy interesante, porque el museo deja muy clara esta idea de les albaneses de su pasado y su herencia iliria remarcando cómo fueron socavados muchas veces por los griegos y romanos.
¿Quiénes eran los ilirios?
Los ilirios fueron una cultura indoeuropea con propia lengua procedente de los Balcanes abarcando el área de Croacia, Montenegro, Albania, Serbia y Bosnia. Si bien aparecen en la historia antigua en la Guerra del Peloponeso (cuando digo “aparecen” es porque empezaron a ser nombrados, no porque no existieran antes), pronto fueron absorbidos por el Reino de Macedonia y posteriormente por los romanos. Hoy se pueden visitar muchos sitios arqueológicos ilirios. Nosotras aconsejamos visitar al menos Antigonea en Gjirokastra y Apollonia (cerca de Tirana y Durrés). También Butrinto parece bastante interesante.
Luego de retratar la Edad Media en el territorio albanés, a partir de escritos, fotos de iglesias bizantinas, relatos sobre cómo era vivir allí en ese tiempo, se pasa a la parte más extensa del museo, el siglo XX albanés, haciendo hincapié en la independencia del imperio otomano, la época fascista italiana y el largo periodo que Hoxha estuvo en el poder. Creemos que también en toda esta parte se representa las resistencias al dictador. Decimos “creemos”, porque casi toda la historia del siglo XX solo está en albanés. Algo que nos pareció muy llamativo…el resto de casi todo el museo se encuentra tanto en inglés como en albanés, pero esa última parte, exceptuando alguna que otra introducción a cada sala, todo está solamente en la lengua albanesa. Lamentamos habernos perdido parte de la historia de Albania, principalmente la historia reciente que la mayoría de las veces tiene mucha más influencia en los habitantes de un país o región que la historia antigua.
Luego del museo, nos dirigimos hacia el hostel, donde tanto Sonia como Ana nos esperaban para charlar y para almorzar. Ana nos hizo una rica ensalada verde con queso blanco.
Luego del almuerzo y de pasar el rato con las chicas, emprendimos nuestra caminata hacia el segundo hostel que nos hospedaría en Tirana.
Llegamos a Tirana Hostel Backpackers a eso de las 20 hs. Nos atendió un voluntario de Australia, séper piola. Esa noche estaba extremadamente tranquilo el hostel, así que yo me fui a dormir temprano y la Bic salió con nuestros amigos músicos tiranos.
Al día siguiente, me levanté muy temprano y fui a desayunar. Hermoso ambiente, muy hippie… eso me gusta. Muy buen desayuno: huevo, pepino, pan de salvado, tomate, café y té. Lo lindo del desayuno de Tirana Hostel Backpackers, es que es el momento ideal para conocer al resto de los huéspedes y los voluntarios.
Esa mañana conocimos a Nehuén, un chico de Buenos Aires y a unos hermanos colombianos divertidísimos: Maik y Bryan… Con los tres quedamos en contacto para reencontrarnos en alguno de nuestros viajes.
Luego de un largo desayuno, y casi medio almuerzo, a decir verdad, con muchos mates de por medio, salimos con la Bic a recorrer un poco más de Tirana, en una forma muy relajada. Volvimos al parque del lago artificial y aprovechamos a tomar más mates. Fue una jornada muy matera…
A la tardecita volvimos al hostel a acomodar nuestras mochilas para partir hacia Kosovo. Luego de charlar con un canadiense y un francés muy piolas, nos pasaron a buscar Christopher y Ergy y salimos a disfrutar de la noche alternativa de Tirana. Los chicos también estaban con una amiga también muy piola: Paola.
Primero fuimos a un centro cultural que inauguraba la temporada esa noche: un dj pasando música electrónica alterna, venta de vinilos, y exposición de fotos y obras de arte. Nos quedamos solo un ratito y fuimos hacia un bar también de música electrónica tranqui y tomamos algo. Claramente Tirana es muy pequeña, todos se conocen.
Alrededor de las 3 AM volvimos al hostel y nos acostamos enseguida, porque al otro día partíamos a Prizren, Kosovo a las 2 PM y aun teníamos que hacer algunas cosas a la mañana.
Nos despertamos temprano y volvimos a desayunar riquísimo. Al final… la Bic sola salió por ahí, porque la verdad Tirana Hostel Backpackers es un lugar que invita a sentarse a conocer a los demás huéspedes y a no abandonar esa cocina y sala de estar exterior. Esa mañana la pasamos muy lindo, estuvimos hablando con el francés Saison que nos dio unas ideas viajeras increíbles… Saison es toda una inspiración viajera…y a Eleo, un venezolano que si bien no trabaja en ese hostel (trabajo en Milingona Hostel, también muy recomendable), estaba de visita y también quedamos en contacto para cuando volvamos.
A eso de las 2 PM partimos caminando hacia la terminal de buses, felices de haber conocido esa ciudad tan peculiar y sobre todo de haber hecho amigos que nos esperan para cuando volvamos… simplemente una experiencia única.
Tirana Tips:
– No perderse la noche y la fiesta, definitivamente lo mejor de la ciudad. Si te gusta el ambiente alterno, Tirana es perfecto para vos: bandas, jazz y música electrónica original.
– Tratar de conocer gente local, tiene mucho para contar de la historia de Albania y de como vivieron en los años de Hoxha y el comunismo.
– No perderse el Museo de Historia Nacional, que si bien no todo está en inglés, es muy interesante.
– Tratar de hacer un tiempito para entrar el Museo Art Búnker, algo que nosotras no hicimos, pero haremos la próxima. No perderse los otros búnkeres de la ciudad, ¡hay muchos!
– No perderse la Pirámide para Hoxha, si bien es un monumento raro, vale la pena.