5 Ruinas para no perderse en México

1. Chichén Itzá: toda una maravilla

En la Península de Yucatán, el agua está escondida bajo la tierra. Se llega a ella gracias a los cenotes, unos profundos pozos naturales que fueron de importancia estratégica para las grandes civilizaciones de la región, como la que originó el sitio arqueológico de Chichén Itzá. Lo que fue la ciudad más próspera y el centro religioso más importante de Yucatán hacia el siglo X tiene hoy como símbolo una gran pirámide: este monumento es una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo. Al mismo tiempo es el más emblemático de los vestigios de las culturas mesoamericanas. Muchos otros edificios fueron rescatados bajo la exuberante vegetación tropical en Chichén Itzá. Entre ellos llama la atención un observatorio astronómico y las canchas de un complejo juego de pelota.

2. Teotihuacán: dioses olvidados

El sitio es el mayor complejo arqueológico en las afueras de la ciudad de México y una de las excursiones preferidas por los visitantes. A pesar de estar relativamente bien conservado, se sabe poco sobre la civilización que lo levantó. Teotihuacán ya estaba abandonada cuando los aztecas fundaron Tenochtitlán, la fabulosa ciudad sobre la cual los españoles levantaron México.

Los monumentos más antiguos fueron construidos antes de nuestra era y la ciudad vivió su apogeo durante los primeros siglos. En aquellos tiempos pudo haber tenido una población estimada en más de 85.000 personas. Actualmente se visita sólo una pequeña parte del eje urbano original, donde la Pirámide del Sol y de la Luna enmarcan majestuosamente la Calzada de los Muertos, el eje principal de las ruinas.

La más alta es la del Sol, con 65 metros. Las empinadas escaleras son un verdadero desafío que vale la pena relevar para llegar hasta la cumbre, donde espera una excepcional vista sobre esa ciudad que los aztecas creían construida por dioses.

calakmul

3. Calakmul: el templo perdido

Cerca de la frontera guatemalteca, la selva tropical tapó totalmente una antigua y muy potente ciudad maya a lo largo de siglos de olvido. A fines del primer milenio, lo que fuera el hogar de 50.000 personas en el centro de un pujante estado ya había sido abandonado.

Algunos científicos norteamericanos la exploraron en los años 30, pero no fue estudiada metódicamente antes de la década del 80: se pudieron relevar entonces unas mil estructuras construidas sobre una superficie de dos kilómetros cuadrados, aunque la ciudad original ocupaba una zona mucho más amplia. Calakmul está todavía escondida en gran parte bajo un manto de densa vegetación.

Entre los edificios que han sido despejados está la Gran Pirámide, uno de los mayores edificios del mundo maya, con 45 metros de altura.

palenque

4. Palenque: escrituras ocultas en la selva

Los mayas fueron grandes constructores de pirámides. Se expandieron hasta el estado de Chiapas, donde legaron imponentes construcciones como las del sitio de Palenque. Esa ciudad dejó un patrimonio muy importante con bajorrelieves, en relativo buen estado, que permiten avanzar en el conocimiento de aquella brillante sociedad.

Como los demás sitios, está sepultado en gran parte por la vegetación tropical. Al momento sólo se ha podido rescatar y estudiar una pequeña porción del complejo urbano original y se estima que quedan cientos de construcciones en medio de la selva.

Palenque entró en un rápido declive a fines del primer milenio y, cuando llegaron los españoles, la región estaba prácticamente desierta. La pirámide de Palenque se conoce como el Templo de las Inscripciones porque se encontraron tabletas grabadas en el templo de su plataforma superior.

5. Templo Mayor: bajo el corazón de la ciudad

Esta selección de monumentos termina con una pirámide que no existe más pero cuyas ruinas siguen siendo una de las visitas más interesantes que se pueden hacer en la Ciudad de México.

El Templo Mayor era el centro de la capital de los aztecas: un conjunto de edificios religiosos y sagrados con varias pirámides. La más grande estaba dedicada a las divinidades Huitzilopochtli y Tlaloc. Era una importante y maciza construcción de siete capas piramidales levantadas una sobre otra a lo largo de distintas épocas.

Los españoles arrasaron el sitio en su totalidad para transformarlo en el actual centro de la ciudad, pero quedan algunos vestigios en un predio a pasos del Zócalo y la Catedral. Sin embargo, es poco para recrear con la imaginación lo que fue un sitio extraordinario, cuyos edificios estaban protegidos detrás de murallas con cabezas de serpientes de piedra a lo largo de varias cuadras.

Escrito por Pierre Dumas para La Nación.

¿Has visitado estas Ruinas? ¿Cuál agregarías?

Puedes escribir un comentario debajo de este artículo o enviarnos tus experiencias y fotos a info@mochilero.info

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.