¿Te imaginas cómo sería tu vida sin el teléfono móvil? ¿Y sin acceso a Internet? ¿A que no…? Las nuevas tecnologías han cambiado nuestra manera de ver el mundo. Hay determinadas acciones que ya no nos entra en la cabeza cómo se podían llevar a cabo sin utilizar la tecnología (antes se limpiaba la casa con una escoba, la aspiradora vino después). También determinadas actividades que han cambiado radicalmente. Por ejemplo, cada vez más las empresas están huyendo del típico trabajo de oficina de 8 de la mañana a 6 de la tarde para dar mayores facilidades a sus empleados. O cada vez más personas deciden ser sus propios jefes y organizarse el trabajo de acuerdo a su vida (y no vivir la vida dependiendo del trabajo). Por eso no es raro que haya aparecido una nueva ‘especie’ entre nosotros: el nómade digital. Es una persona que aprovecha las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para trabajar llevando a cabo un estilo de vida nómade. Por norma general, el lugar de trabajo de un nómade digital no es ninguna oficina, sino que lleva a cabo su labor de forma remota, ya sea desde su propia casa o desde espacios de coworking como cafeterías, bibliotecas públicas, etc. Entre las herramientas imprescindibles para un nómada digital está su ordenador portátil, su smartphone y, por supuesto, Internet.
Esta corriente está viviendo sus primeros pasos. Ha nacido en pleno siglo XXI como consecuencia de una sociedad hiperconectada. Tan controlados estamos que surge la necesidad de buscar un estilo de vida basado en la libertad profesional que rompa con las barreras geográficas, jerárquicas, con las rutinas y con los horarios fijos a los que estábamos acostumbrados. Ya no vivimos para trabajar, sino que trabajamos para vivir. Y aprovechamos para vivir la vida al máximo. ¿Por qué estar ‘atados’ a una oficina cuando podemos hacer nuestro trabajo desde cualquier parte del planeta?
A estas alturas puede que pienses que los nómades digitales son una especie de mochileros, pero no es tan así. Es verdad que ambos comparten similitudes. Sin embargo, mientras que el mochilero suele viajar casi con lo puesto y con un bajo presupuesto que le hace alojarse en hostales baratos y albergues, en el caso del nómade digital no tiene por qué ser así. Estamos hablando de una persona que no está de vacaciones, sino trabajando. Su peculiaridad es que la función que desempeña en la empresa es posible realizarla desde cualquier lugar, por lo que esta persona aprovecha para compatibilizar su labor profesional con su deseo de viajar. Un nómade digital aprovecha su tiempo libre para conocer otras culturas, otros lugares y otras comidas. Es decir, es ‘dueño de su tiempo’ y tiene la posibilidad de decidir por sí mismo en lugar de que sean otros los que decidan por él. No deja de lado el ocio, pero tampoco su profesión, ya que sigue trabajando, ganando dinero y creciendo como profesional.
“Desde que trabajo para mí mismo soy mucho más feliz. Todo el esfuerzo y dedicación que pongo en mi trabajo se traduce en mayores ingresos para mí, no para otra persona. Cuando trabajas para una empresa, trabajar más duro normalmente no se traduce en un aumento de sueldo. En cambio si tienes tu propio negocio, trabajar hasta altas horas de la madrugada o incluso los fines de semana tiene su compensación económica. Si trabajo más tiempo y lo hago bien, suelo ganar más dinero”, explica Sergi Mateo, empresario, fundador de Viue Studio y nómade digital. “Pero lo mejor de todo no es el dinero, sino la vida que me permite llevar siendo un nómade digital. Cada vez hay más trabajos que no requieren estar de forma presencial en un lugar, es decir se pueden realizar desde cualquier sitio. Muchas veces solamente se necesita un dispositivo con conexión a Internet. Todo lo demás es prescindible”.
8 profesiones ideales para vivir siendo un nómade digital
El único requisito para poder convertirse en un nómade digital es tener un trabajo que te permita serlo. No todos los puestos son compatibles con este estilo de vida, pero en los últimos tiempos hay una gran variedad de profesiones a disposición de las personas que quieran dar un cambio a su vida. Por ejemplo, estas ocho:
– Periodista. Sé un periodista de los de antes, de los que estaban siempre en la calle. Conviértete en corresponsal de algún medio de comunicación en otro país. O abandona la redacción para buscar historias curiosas por todo el mundo y véndelas a los medios.
– Fotógrafo. Descubre lugares increíbles del mundo y cáptalos con tu cámara. Puedes vender tus fotos a diversas publicaciones y montar tus propias exposiciones.
– Instructor de buceo. En los destinos con costa y en las islas el submarinismo y el buceo son dos actividades que están a la orden del día.
– Youtuber. Es una profesión de moda y no hace falta un lugar específico para grabar tus vídeos. Mejor, ve cambiando de escenario cada vez. Seguro que viajar te ayuda a conseguir mejores contenidos y más suscriptores.
– Músico. La música es uno de los idiomas más universales que existen. No hace falta compartir la misma lengua para disfrutar con este arte. Coge tu instrumento y lánzate al mundo. Puedes tocar en cualquier lugar. Siempre habrá gente dispuesta a escucharte.
– Escritor. Nunca sabes dónde vas a encontrar la inspiración. Viajar por el mundo puede serte muy útil para crear historias para tus personajes, nuevos mundos y aventuras increíbles. Solo te hace falta un ordenador para empezar a escribir tu próximo libro.
– Asistente virtual. Contable, gestor financiero… Todas las empresas necesitan uno. Y no es necesario compartir el mismo espacio físico con tus clientes. Internet es la vía ideal para solucionar todas sus dudas.
– Community Manager. Llevar las redes sociales de una empresa o de una compañía no requiere tu presencia física en ningún lugar. Únicamente necesitas un móvil o un ordenador para conectar con tu audiencia.
Fuente: El Mundo.