La mañana del 17 de Octubre nos pasó a buscar Azza por el lugar donde nos estábamos hospedando en El Cairo. Ni bien la conocimos empezó una hermosa onda con esa gran mujer, quien fue nuestra guía en la zona por dos días.
Pero… ¿Quién es Azza?
Azza es una guía turística que vive en Cairo hace bastantes años. Es excelente comunicadora y su español es perfecto; estudió lenguas y se especializó en egiptología y guía de turismo. Ha estudiado el Jeroglífico por años, tanto en la Universidad como en forma autodidacta. Una amante de la cultura egipcia, imposible negarlo porque pone muchísima emoción a sus relatos: Se nota de lejos que es una gran apasionada.
Nos subimos a la camioneta que nos llevaría a nuestra primera parada del día: Menfis, antigua capital de Egipto, aproximadamente a 20 km del Cairo. Nos empezó a contar sobre la vida allí y en su país en general. Fue un momento alucinante, fuerte y emotivo. Charlamos de muchas cosas: costumbres, Islam, la vida de las mujeres, vestimenta, las familias. Fue muy interesante, además, porque al final terminamos intercambiando muchísimos aspectos de nuestras culturas, tan diferentes, como se podrán imaginar…
Menfis
Llegamos a Menfis y lo primero que hicimos fue entrar al Museo MitRahina para visitar el Coloso de Ramsés II, una escultura de piedra caliza de este faraón del Imperio Nuevo de Egipto de la Dinastía XIX, que mide alrededor de 10 metros. Falta una parte de ella, la mitad de sus piernas, por lo que debió ser bastante más alta.
Lamentablemente no queda mucho de la antigua ciudad de Menfis, pero pudimos ver una esfinge de unas 80 toneladas y algunas estelas grabadas y esculturas de dioses. Fue un hermoso comienzo. Azza nos explicó algunas cuestiones básicas sobre cómo se leen los Jeroglíficos, por ejemplo, hizo hincapié en algunos símbolos que indican el Alto y Bajo Egipto y los llamados “cartuchos”. Cuando hay un cartucho, es porque fue un faraón. Ese es un gran dato que nos serviría para toda nuestra estancia.
Saqqara
Luego de visitar Menfis, salimos hacia Saqqara (o Sakkara), el emplazamiento de la necrópolis principal de Menfis declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. Se encuentra a 30 kilómetros del Cairo y es un sitio increíble de 5500 años de antigüedad.
Llegando, pudimos divisar lo que parecía una pequeña colina, que en realidad era una pirámide en deficiente estado de conservación, probablemente porque el arquitecto fue muy malo, como nos comentó Azza. Estábamos frente a nuestra primera pirámide del viaje, dedicada a Teti, un faraón que reinó entre el 2322 y el 2313 AC. Al entrar, descubrimos que la mala conservación era solo por fuera porque tanto los corredores como las cámaras estaban intactos. Simplemente, una experiencia increíble… Sin duda volvería allí.
Luego visitamos las “mastabas”(o tumbas) de adobe de la Dinastía I, ¡aproximadamente del 3000 AC!, de una belleza que no volveríamos a ver en todo el viaje. Como bien nos describió Azza, las mastabas muestran algo que las tumbas y otros templos no expresan: la vida cotidiana de los egipcios. Fue a través de las mastabas que los egiptólogos y arqueólogos pudieron conocer sobre la vida cotidiana en el antiguo Egipto: la pesca en el Nilo, cómo transportaban aceite u otros elementos, las costumbres de las mujeres. Realmente hermoso, muchas de las mastabas aún tienen su pintura intacta. En el antiguo Egipto se pintaba con tintes naturales: desde bichitos hasta piedras que se limaban, todo mezclado con clara de huevo. ¡Y todavía siguen ahí!
Luego pudimos admirar la primera Pirámide de Egipto, la llamada“escalonada”dedicada al Faraón Zoser (Dinastía III), pero sólo desde lejosporque está en restauración; entramos por el portal del complejo funerario dedicado a este faraón. Lo que más nos gustó sin duda fue esta gran entrada, un gran templo a modo de muralla del recinto piramidal de Zoser, llena de columnas inmensas con un techo de piedra que simula ser de madera. Si bien no se conserva casi nada del antiguo techo, aún hay partes originales. Lo más destacable es que, cuando llegás al final de templo, parece que el aire cambia, como si el calor se apaciguara. Sin duda hay circulación de aire como si fuera un aire acondicionado, pero ¿cómo? Bueno, quien desarrolló este sistema fue Inhotep, lo creó para que así fuera. Inhotep, diseñador de todo el complejo funerario del faraón Zoser, es considerado el primer arquitecto de la historia, pero como nos comentó nuestra amiga Azza, no solo fue el primer arquitecto, ¡¡¡sino también el inventor del aire acondicionado!!!
Luego visitamos las tumbas de las hijas de Zoser. Alucinante: ¡tumbas dedicadas a las mujeres! Nos encantaron…Pudimos caminar inclusive sobre algunas de ellas, porque las escaleras, completamente originales, se pueden subir sin problemas, ¡sin que nadie te diga que te tienes que bajar… ¡Jajaja! ¡Libertad total para disfrutar este sitio arqueológico!
De allí nos dirigimos hacia lo más esperado del día: las Pirámides de Giza.
Giza
Y allí estábamos, delante de la única Maravilla del Mundo Antiguo que aún hoy podemos admirar. Las pirámides de Gizano son más que tumbas de los Faraones, pero de la Dinastía X. Esta necrópolis se encuentra compuesta por tres pirámides increíbles. Una para Khufu (o Keops, como le llamaron los griegos), una para Khafra (o Kefrén) y la más pequeña para Micerino (en jerogiflico, Menkaura), cada una con su correspondiente pirámide para su esposa.
¿Qué les podemos decir? Llegar a ese lugar… en el medio de la gran ciudad del Cairo, y ver esas inmensidades arquitectónicas tan antiguas fue uno de los momentos más emocionantes de nuestro viaje… por no decir de nuestra vida.
Tras una parada estratégica para ir al baño, subimos a Khufú. No entramos, al menos nosotras no. La entrada es cara y si bien es la pirámide más emblemática de Egipto, nos pareció que era suficiente con disfrutarla desde afuera. Llegamos hasta su entrada actual, que irónicamente no era la original, sino la que hicieron los profanadores de tumbas, desde la antigüedad. Fue un momento único e irrepetible: estuvimos sentadas en Keops unos cuantos minutos… disfrutamos del paisaje… y simplemente el estar allí… ¡¡¡en Keops!!!
En seguida fuimos hacia Micerino, la pirámide para la cual sí teníamos entrada para visitar el interior. ¡Fue realmente muy emocionante y divertido! Era nuestra segunda pirámide del día ¡qué locura! Entrar a una pirámide es una experiencia intensa: por momentos es solo oscuridad… es algo así como “uno y la oscuridad”…y sin duda se siente la sensación de un pasado antiquísimo. Es algo así como una verdadera máquina del tiempo. Decidimos entrar a esta pirámide, porque era la más barata. ¡Keops es muy cara! Kefren, mi favorita, estaba cerrada, así que Micerino fue una buena decisión.
Cuando salimos de allí, estaba Azza esperándonos. Una divina…luego de tomarnos un par de fotos con Khafra en el fondo rumbeamos hacia allá. Muy rara la situación: éramos nosotras tres y la Pirámide de Kefrén…Azza nos contó que, como Kefrén estaba cerrada,nadie se acercaba allí (la reabrieron el 1 de noviembre después de nuestra visita, no sabemos por cuánto tiempo será). Como no era posible entrar la gente solo sacaba fotos desde lejos. Nosotras, que somos unas chicas Indiana Jones, nos quisimos asegurar muy bien de disfrutarla, así que pobre Azza… nos tuvo que esperar un buen rato mientras la recorríamos. Caminamos al lado de Kefrén y también subimos algunos metros hacia arriba. Fue hermoso sentarnos en la pirámide en silencio, dejando a toda la multitud muy lejos.
Luego de unos minutos más de andar sobre la pirámide nos dirigimos a la Esfinge… a cumplir otro de nuestros sueños… Y es la parada obligada si visitás Guiza.
La Esfinge
Dimos la vuelta al sitio arqueológico y entramos a través del Templo del Valle -en excelente estado de conservación-, para acceder a la Esfinge.
¿Sabías que la palabra esfinge viene del griego? Bueno, sí. Como bien nos explicó Azza, para los egipcios este tipo de tallado en piedra no era tal cosa. Las esfinges pertenecen a la cultura griega. Pero cuando los griegos llegaron a estas tierras y vieron semejantes estructuras con cabeza de humano (a veces de carnero como en Luxor u otros animales) y cuerpo de león, las relacionaron directamente con sus propias esfinges. Para la cultura egipcia estas grandes estructuras se llamaban Sheps-anj, es decir “imagen viviente”.
¿Querés que te cuente un dato revelador de la Esfinge? Bueno, como nos comentó Azza, antes se creía que era la cabeza de Khafra (o Kefrén), pero hace un tiempo se empezó a barajar la hipótesis de que data de 5000 años más hacia atrás que las pirámides. Los arqueólogos que defienden esta idea dicen deducirlo por la erosión que tienen el cuerpo de león, que pareciera mucho más antigua que todas las demás construcciones. Entonces, si las pirámides fueron construidas 4500 años atrás…¿la Esfinge tiene 9000? Wooww…
La gran Esfinge es preciosa, a pesar de haber perdido su nariz y que su barba esté en el Museo Británico. Como es “la gran atracción turística”, no es posible acercarse tanto como nos hubiera gustado. De cerca se puede ver de un solo lado…que además está lleno de gente…algo a lo que le huimos: el gentío. Bueno, a nosotras claramente no nos gustan las aglomeraciones humanas, lo tenemos que admitir, pero igualmente hicimos lo posible para abstraernos de la situación y disfrutarla. Teníamos que hacerlo, habíamos logrado llegar allí, estábamos cumpliendo un sueño. Especialmente para mí literalmente se trataba de cumplir un sueño: durante 3 años de mi vida había estado imaginando y proyectando estar frente a la Esfinge y admirarla… era como que me llamaba, me convocaba. ¡Increíble!
Luego de ir hacia otro punto para observarla de frente, aunque un poco más lejos, nos dirigimos las tres hacia el restaurant para un almuerzo tardío. El lugar donde “almorzamos” (eran como las 5 de la tarde) era una belleza: pudimos ver el sol escondiéndose detrás de Micerino, además de tener la vista panorámica de todas las pirámides y de la esfinge…¡un verdadero espectáculo!
Tips para pasar un excelente día en El Cairo y sus alrededores:
– No dejes de entrar a las mastabas en Saqqara porque es allí, a través de las imágenes del interior, que conocerás sobre la vida cotidiana en el Antiguo Egipto.
– Tratar de hacer todos los sitios arqueológicos antes de almorzar, ya que en general cierran temprano.
– Ir con un guía (en lo posible en castellano) para comprender qué estás visitando porque no hay mucha información in situ.
– Quedarse a ver el atardecer sobre las pirámides, en lo posible en algún restaurant que permite tener una vista panorámica. Es increíble…
– Entrar solo a una de las pirámides de Giza, ya que todas son más o menos parecidas. Tener en cuanta que Keops y Kefrén en general son las más caras.
– Aprovechar y recorrer bien la pirámide que esté cerrada cuando sea tu viaje, porque no se acerca nadie a las pirámides cuando no están abiertas. Eso lo hace un momento único e irrepetible…
Valor de las entradas:
Museo MitRahina: 60 Liras Egipcias
Inhotep y Saqqara: 120 Liras Egipcias
Pirámides de Giza: 120 Liras Egipcias
Valor de entradas a pirámides:
Pirámide de Menkaure (Micerino): 60 Liras Egipcias
Pirámide de Khafra (Kefren, abierta a partir del 1 de noviembre de 2018): 60 Liras Egipcias
Pirámide de Kufu (Keops): 300 Liras Egipcias
¿Cómo contactar a Azza?
Podés escribirle a:
Facebook: Azza.Balahaa
Whatsapp: +201012532888
Email: azabalahaaa@gmail.com