Cuidado: no tomar un vuelo te puede arruinar el viaje

La letra chica, esa que pocas veces se lee a la hora de comprar un pasaje de avión, nunca deja de traer dolores de cabeza. El caso es el siguiente: Estefanía Giuffré compró un pasaje por Delta (podría haber sido en cualquier otra aerolínea y le hubiera pasado lo mismo) que incluía un vuelo de Buenos Aires con destino final a Los Angeles, un tramo intermedio en la mitad de las vacaciones entre Los Angeles y Nueva York y el tercer tramo para regresar, al final del viaje, a Buenos Aires desde la Gran Manzana.

Durante el viaje hizo un cambio de planes sobre la marcha y decidió no tomar el vuelo entre Los Angeles y Nueva York. En realidad quiso cambiar la fecha para quedarse unos días más en California, llamó a la agencia donde compró el pasaje, pero como le cobraban 2000 dólares por el cambio (el doble de lo que había pagado toda la ruta) prefirió comprar un nuevo ticket por la aerolínea Virgin por 50 dólares y olvidarse del tramo perdido. Nunca se imaginó los problemas que le traería hacer no show, el término técnico que utilizan las aerolíneas cuando un pasajero no se presenta a un vuelo.

Cuando fue al aeropuerto de Nueva York a tomar el vuelo de regreso, su reserva y el pasaje ya no existían. «Tenés que comprar otro pasaje, el otro lo perdiste, no te podemos reubicar», le dijeron sin más en los mostradores de la aerolínea en el momento de check in.

Después de un ataque de nervios y de tener que pagar un nuevo pasaje por otra aerolínea, leyó las benditas letras chicas del pasaje que decían que era obligatorio tomar todos los tramos de la ruta.

Volver a pagar

Algo similar les sucedió a María Lerga y su marido, que en un viaje por Europa, con varios tramos intermedios con KLM y Air France, decidieron no tomar un vuelo entre Ámsterdam y Barcelona (llegaron por otros medios porque quisieron visitar otra ciudad) y cuando en Barcelona intentaron hacer el web check in para el vuelo siguiente de su itinerario que era París no encontraban las reservas.

Una vez en el aeropuerto, los derivaron a la oficina de Ventas y los invitaron a pagar 379 euros cada uno por no haberse presentado a un tramo para poder continuar con el viaje, que incluía también el regreso a Buenos Aires desde París. Tuvieron un poco más de suerte.

Aunque muchos pasajeros no lo saben y es un inconveniente bastante habitual, esta política aplica en todas las aerolíneas y con casi todos los pasajes, así sea un simple ida y vuelta o un pasaje de Business. Si no se toma la ida automáticamente se cancela la vuelta, o el resto de la ruta, en casos de reservas que incluyen varios tramos. Algo que claramente resulta injusto (porque uno pagó por el pasaje) y carente de lógica tiene su explicación en el mundo aerocomercial.

«Si un pasajero no se presenta a tomar uno de los tramos de un pasaje automáticamente se cae toda la reserva», explica Agustín Durand, gerente de Ventas de Delta para Argentina y Uruguay.

El por qué de esta política según Durand es la siguiente: «Para cada ruta aplica una tarifa distinta, si un pasajero decide cambiarla no corresponde que siga volando con esa tarifa y se debe buscar una que aplique para el nuevo itinerario. Puede ocurrir que un vuelo de Ezeiza a Los Angeles resulte más económico que un Ezeiza-Atlanta. Entonces si estuviese permitido continuar con el viaje no habiéndose presentado a un tramo, podría ocurrir que el pasajero que quiere volar a Atlanta le convenga emitir el ticket de esta forma a Los Angeles (la escala es en Atlanta), no presentarse al tramo a Los Angeles y volar esta ruta EZE-ATL-EZE a un precio menor.»

Más allá de las especificaciones técnicas y las posibles avivadas de los pasajeros que no se dan en todos los casos (por ejemplo, en ninguno de los dos citados), lo cierto es que las aerolíneas interpretan que si uno no tomó un tramo ya no va a continuar el resto de la ruta y aprovechan para volver a vender el pasaje y lograr más rentabilidad.

Para evitar perder el ticket lo que tiene que hacer el pasajero es comunicarse con la aerolínea para reemitir el boleto lo antes posible, aunque claro pueden aplicar penalidades y diferencias de precios en función de las condiciones del pasaje que compró.

Hay que tener en cuenta que existen tarifas económicas que resultan muy restrictivas y puede que no permitan cambios. En esos casos, no quedará otra que llorar sobre la leche derramada y comprar un nuevo pasaje.

Escrito por Andrea ventura para La Nación.

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